domingo, 3 de noviembre de 2013

Vampire Knight: Nahomi Higurashi CAPITULO 5 (FINAL)



5

El tiempo había pasado, la sangre vampirica que corría por las venas de la princesa ha despertado, ahora he sido relevada de mi deber, llegó la hora de cumplir mi promesa, con la muerte de todos los ancianos del consejo a manos de Kaname él se había convertido una vez más en el rey de toda nuestra raza, aunque nadie sabía que no era la primera vez, Yuuki ahora vive bajo tierra en la mansión que una vez abandonó a la fuerza, estudiando y aprendiendo a ser una sangre pura, Kaname había puesto su enseñanza en mis manos, ya que toda su vida la vivió como humana carecía de la delicadeza y los protocolos necesarios para ser una princesa sangre pura.

Durante todo un año estuve a cargo de su instrucción, a Kaname le gustaba verla con el cabello largo y con zapatos delicados, lo cual me fue muy difícil alcanzar, ya que su personalidad chocaba con esa imagen, sin embargo me alegraba saber que ella me veía como un ejemplo a seguir; muchas veces tuve que dejar las lecciones a cargo de una de las estudiantes de la clase nocturna, aunque ella no lo aceptaba tan placenteramente, era una noble con orgullo que obedecía a los sangre pura cuando le daban una orden, mientras tanto el mas leal de los amigos de Kaname se encargaba de los estudios en historia y calculo que eran su mayor dificultad, todos intentábamos convertirla en una prometida adecuada para Kaname y en una reina apropiada para todos los demás.

Yo era la segunda al mando, Kaname daba las ordenes y yo me encargaba que se cumplieran a cabalidad, después de todo no había nadie más apto para el papel, éramos los más viejos, los que más habíamos vivido, por lo tanto no cometeríamos errores de novato y menos en esos momentos cuando toda nuestra raza estaba en confusión.

Sin embargo, pasó algo que nadie se esperaba, los rumores han comenzado a correr, la muerte de Aido-dono quien seguía al rey con todo su corazón, y lo más escandaloso… a manos de Kaname, un crimen y uno muy atroz, era verdad? Ahora Kaname era de nuevo la cabeza de la raza, y la tenía a ella a su lado, entonces que más quería?, todos comenzaron a buscarlo de manera desesperada, el líder de toda la raza había enloquecido, no podía soportar las ridículas estupideces que comenzaron a correr como el fuego, todo el orden que habíamos logrado restaurar después que el consejo de ancianos había sido exterminado se estaba derrumbando poco a poco, toda la responsabilidad caía sobre la siguiente Kuran, pobre Yuuki, en verdad es mucho peso para alguien que aun no comprende lo que significa ser una princesa sangre pura.

Muchos nobles, recurrieron a mí pidiéndome que fuera yo quien tomara el lugar de Kaname, después de todo siendo la segunda en mando era mi deber, aun así ese derecho le correspondía a Yuuki como heredera de la casa Kuran y prometida de Kaname, pasara lo que pasara debíamos conservar al menos eso; sin embargo las cosas poco a poco comenzaron a caer en caos, los vampiros más jóvenes llenos de rebeldía al ver que no había orden en su gobierno, cayeron en anarquía, y comenzaron a romper la más estricta orden “no atacar humanos”, las muertes no se hicieron esperar, era cuestión de tiempo para que se creara un caos enorme y para que la guerra comenzara, Kaien era ahora el presidente de la asociación de cazadores, e inmediatamente Kaname desapareció comenzaron las ordenes de exterminio para los cazadores, “todo vampiro que infrinja la ley debe ser castigado con la muerte” yo estuve de acuerdo, y así comenzó un infierno.

Yuuki vino a verme descompuesta por la confusión, ella había visto con sus propios ojos como Kaname había asesinado a su más leal sirviente, y luego había desaparecido sin dejar rastro, en sus ojos vi como su interior se derrumbaba poco a poco, no podía creerlo, no lograba encontrar ninguna lógica a lo que estaba pasando.

Kaname siempre utilizaba a todos los que estábamos a su alrededor como fichas en su juego, y él siempre era el rey, todos teníamos un propósito incluso yo, incontables veces metió en algún bolsillo de mi abrigo una “reina blanca”, y yo en retorno le daba un “rey negro”, cuando una ficha le era innecesaria la destruía tanto en el tablero como en la vida, todos los movimientos siempre fueron para proteger a Yuuki su “reina negra”, y yo lo sabía.

Siempre le decía que no importara lo que planeara siempre lo iba a apoyar, así que no era necesario conocer cuales eran sus planes sin embargo de una manera u otra siempre terminaba adivinándolo o simplemente antes de hacer su movimiento consultaba primero conmigo, pero ahora… nada tenía sentido, si el objetivo era protegerla a ella, por qué abandonarla? Era claro que todos iban a ir tras ella como una jauría de lobos listos para acabarla en cuanto él les diera la oportunidad, quizás quería que yo la cuidara, pero si era así porque no decírmelo.

Aconsejé a Yuuki para que volviera a la academia después de todo había pasado solo un año desde que sus recuerdos habían vuelto y forzarla a convertirse en una líder competente y confiable era demasiado pedir, así que decidió volver, allí estaría bajo la protección de Kaien y ese era el mejor lugar para refugiarse; mientras tanto yo me encargué de todo, puse una legión de vampiros a buscar a Kaname, él debía dar una explicación, yo estaba segura que todo lo que hacía tenía una razón, pero huir de esa manera no dejaba más que interrogantes listos para ser contestados a base de especulaciones, por aquellos que se oponían a él, cada vez había más gente revelándose y me costaba mucho trabajo buscar a Kaname y controlar la situación, aunque he de decir que la ayuda de la asociación fue realmente útil.

Las cosas empeoraron cuando comenzaron a ser asesinados los lideres de las casas sangre pura, en el mundo solo quedamos 27 sangre pura en total así que la muerte de uno de nosotros es un duelo para nuestra raza, así que cuando comenzaron a morir uno tras otro, las sospechas apuntaban a Kaname, en verdad ¿había perdido la razón?, cuando fueron confirmadas las muertes también se confirmo que había sido Kaname quien los había asesinado.

El pánico comenzó a roer el corazón de todos, quizás Kaname había perdido la cabeza como Shizuka-sama, porqué habría de matar a los sangre pura?. Llena de dudas y confusiones fui a la academia a hablar con Kaien, había pasado ya un tiempo desde que lo había visto por última vez, ya era costumbre visitarlo al borde de la inconsciencia para beber de él aquello que tanto deseaba, así que no era extraña mi presencia, cuando entré en la oficina también se encontraba allí Kyriu Zero, el cazador que había logrado escapar del nivel E gracias a la sangre no solo de Kaname sino de Yuuki, su olor era extraño, una mezcla de enemigos mortales, debía sentirse realmente sólo, después de todo no era ni un cazador ni un vampiro, y ahora era el sucesor de Kaien como presidente de la asociación de cazadores, realmente es mucho peso para un mocoso como ese, aunque Kaname le dio utilidad, como “el caballo que protege a la reina” aun así, a mi no me agradaba mucho, después de lastima no tenía ningún sentimiento por el.

-         Las cosas se están saliendo de control Nahomi, debemos encontrar a Kaname.
-         Lo se … pero esa es mi tarea.
-         Sabes que si un cazador lo encuentra primero, intentara matarlo.
-         Y tu sabes que ese cazador entonces morirá.

Puse una venda sobre mis ojos, los hechos estaban claros pero yo no lo quería aceptar mi fe es absoluta, y siempre estaba al lado de Kaname no importa cuales sean las circunstancias.

Con ese pensamiento me alejé de allí y busque a Yuuki, aun seguía preocupada por ella, después de todo Kaname nos había traicionado a todos. Comenzamos a hablar y comentó que Kaname le había dicho que deseaba un mundo mejor para ella.

Quizás no era nada, pero esas palabras me hicieron recordar, aquellas luchas milenarias que habíamos librado hacia ya tanto tiempo, sufríamos al matar a nuestros hermanos pero Kaname siempre me decía: “debemos derramar esta sangre por un mundo mejor”, eso era? Esa era la razón por la cual todo estaba ocurriendo?, en verdad quería acabar con los sangre pura para que ella pudiera vivir en un mundo mas feliz?...

Me despedí y le pedí que fuera fuerte, después de todo todos estaban haciendo un gran esfuerzo para superar todo lo que estaba ocurriendo, cuando salía de la academia vi de nuevo al cazador, me miraba con ojos de odio, pero al mismo tiempo brillaban ante el olor de mi sangre,

-¿Tienes hambre, pequeño?

Dije con un tono de burla, él me devolvió la mirada de una fiera a la que le jalan la cola, los niños de hoy en día, se enojan con tanta facilidad.

Y así pasaron los días, entre más muertes causadas por Kaname y ninguna pista de su paradero, cuando hallábamos algo útil él ya había cambiado de posición, me sentía jugando al gato y al ratón, realmente siempre he odiado ese juego.

Un día encontré sobre mi escritorio un sobre que tenia mi nombre escrito con un caligrafía perfecta, de inmediato reconocí la letra, ¡era Kaname! Sin abrir el sobre salí corriendo y pregunté a todos de donde había salido eso, sin embargo nadie lo sabía, aparentemente ese escurridizo ratón había entrado a mi oficina y me había dejado la nota sin que nadie lo notara.

Entré de nuevo y me senté tratando de conservar ese momento como solemne, intenté buscar en el sobre cualquier olor que me diera una pista sobre su paradero pero debí imaginarme que no iba a ser tan sencillo, abrí el sobre, y dentro se encontraba una nota.





 Gracias.






¿Qué significaba? No podía entender nada de lo que ocurría y todo esto estaba sacándome de mis casillas. Necesitaba encontrarlo, puse sobre aviso a todos aquellos que estaban tras el paradero de Kaname y les pedí que si lo encontraban no hicieran ningún movimiento apresurado, debían ser cuidadosos si no querían terminar muertos, y debía ser yo la primera en saber de cualquier pista, incluso antes que Yuuki, eso solo le traería problemas

Luego de unos días, uno de los vampiros de clase baja que estaban buscando pistas sobre el paradero de mi ratón, llegó a mí, y me explicó como todo el equipo de investigadores había llegado a la conclusión que el objetivo de Kaname era realmente acabar con los sangre pura.

Me pidió que me escondiera, ya que estaba en peligro igual que los demás, sin embargo lo tranquilicé y le pedí de favor que hiciera lo mismo con sus compañeros. Aun si Kaname estaba acabando con los sangre pura, yo no era cualquiera y matarme a mí le sería más difícil que asesinar a los demás.

Con mis sospechas confirmadas era solo cuestión de tiempo para que esa información también llegara a oídos de la asociación de cazadores, así que antes que eso ocurriera decidí yo misma ir y compartir la información después de todo me resultaba conveniente tener a los cazadores de mi lado. Debido a la serie de hechizos que custodian la puerta de la asociación evitando la entrada a cualquiera de mi raza, fue necesario que Kaien saliera y me tomara en brazos de esa manera podría cruzar la puerta sin hacerme daño. Salió y con una estúpida sonrisa que me sonrojaba y me levantó en sus brazos

- Hacía tiempo no te llevaba de esta manera.
- Cállate.

Entramos a su oficina y comencé con mi relato, su imagen era de piedra, ni un solo gesto, ni una sola reacción, parece que después de todo Kaien también había llegado a esa conclusión antes que fuera oficial.

-         Y ¿Qué piensas hacer si resulta ser cierto? -Preguntó Kaien-
-         Sabes que mi lealtad está con Kaname, estoy segura que todo lo que hace tiene una buena explicación.
-         Deberías ser algo más cuidadosa.
-         Acaso estas preocupado por mi Kaien-Chan? -Dije con un pequeño tono burlón-

Subió la vista con oscuridad en sus ojos color oro, tanta ternura que esa mirada me llenó el corazón de lagrimas

- Realmente crees que no lo estaría?, si es verdad que Kaname-Kun tiene planeado acabar con todos los sangre pura no es posible evitar preocuparme por ti.

De alguna manera el ambiente cambio por completo, ni siquiera él sabía la relación que existía entre Kaname y yo, y mucho menos conocía la profundidad de mi fe, cualquier cosa que planeara, yo lo ayudaría en lo que pudiera.

Me puse de pie y con una reverencia agradecí a Kaien por su preocupación, y me acerqué a la puerta, él se levanto tras de mi y puso de golpe sus manos contra la puerta evitándome salir, mi rostro quedó al frente de aquella fría madera y con sus brazos encarcelándome pude sentir la ira que emanaba de su cuerpo.

-¡Deja de ser irresponsable contigo misma, piensa un poco más en los que te rodean!

¿En verdad estaba tan preocupado?, ¿Tan poca confianza tenía en mis propias habilidades?, parece que ha pasado demasiado tiempo en calma me molestaba que me tratara como una pequeña niña indefensa.

-         Kaien, parece que olvidas con quien estas hablando,

Dije mientras lentamente daba la vuelta dentro del pequeño cuadro que había quedado entre sus brazos y la puerta, quedando a pocos centímetros de su cuerpo, él notó el tono alterado de mi voz pero aun así continuo.

- Cómo olvidarlo, eres nao-Chan....mi nao-Chan

- No Kaien, no lo soy, soy Higurashi Nahomi, la princesa heredera de la casa Higurashi y por sobre todas las cosas, soy una vampiresa sangre pura.

Mi sangre hervía, me estaba subestimando, no debía olvidar mi naturaleza, y sobre todo no debía olvidar mi fuerza, así que como recordatorio, empujé su cuerpo con mis manos hasta tumbarlo en el suelo, allí contra el suelo forzando mi fuerza contra su cuerpo, decidí dejar marca de mi decisión, sus brazos detenidos con los míos, y mis ojos brillando del color de la sangre, le recordarían, que no era ninguna niña indefensa, sin embargo él me miro, se atrevió a mirarme con unos ojos tristes, que emulaban a los de Kaname, ¿Qué era? Acaso... ¿Lastima? Tenía que dejar de mirarme así, esos ojos tan puros me lastimaban, por favor deja de mirarme, por favor aleja esa mirada que quema, no podía soportar esos ojos, bajé mi cabeza con violencia y hundí en su cuello la marca de mi estirpe, nada más podría alejarme de esa mirada, y nada más podría recordarle mejor la oscuridad de mi corazón. El sonido de su sangre saliendo de su cuerpo y entrando al mío, los latidos de nuestros corazones sincronizándose en un solo golpe, no había mejor prueba; luego de llenar hasta el tope mi cuerpo con su sangre, me puse de pie, lista para mi castigo, después de todo el beber sangre de un humano sin su consentimiento era una ley inquebrantable, y hacerlo del cuerpo del presidente de la asociación de cazadores era impensable. Él también se puso de pie y en silencio se acercó  a la puerta la abrió lo más que pudo y volvió a mi, me tomó de la cintura y me cargó como a una novia.

-         no puedes salir de este edificio sin que un cazador te lleve en brazos,  y no dejaría que nadie además de mi lo hiciera.
-         ¿De qué hablas? ¿No vas a hacer nada acerca de lo que acaba de ocurrir?

Él me sonrío, y no pude evitar bajar mi rostro sonrojado a causa de esa sonrisa, alrededor, todos nos estaban mirando, era obvio que todos se habían dado cuenta de lo ocurrido, pero por supuesto nadie podía objetar contra el presidente, ni mucho menos atacar a un sangre pura sin razón, a menos claro que deseara una rápida muerte.

Me dejó fuera del edificio de la asociación, donde me esperaban mis guardaespaldas, me puso en el suelo

-adiós, cuídate mucho.

Y sin decir nada mas, dio la vuelta y volvió dentro.

Pasaron los días y la situación no mejoraba, cada pista que teníamos nos llevaba a un callejón sin salida, los planes de Kaname eran cada vez más confusos y con la asociación acabando con decenas de vampiros cada noche, se podía sentir una guerra en camino.

Una noche salí del laboratorio, a solo minutos de que saliera el sol llegué a la mansión, exhausta y agobiada por mil pensamientos, la mayoría de ellos relacionados al escape de Kaname subí para darme una ducha y luego descansar. Mi cuarto estaba oscuro, el sol ya estaba en lo alto del firmamento pero mis gruesas y pesadas cortinas, me cubrían de cualquier rayo intruso, así aunque en el exterior estuviera el cielo tan azul como pudiera, el interior de mi casa solo se iluminaba con las lámparas antiguas que cuelgan del techo.

Recostada en mi cama, por supuesto sin lograr conciliar el sueño, simplemente mirando a la oscuridad inmensa que solo me permitía divisar los limites de mi propio cuerpo, allí ensimismada en pensamientos, llegó a mi un aroma milenario, tan gravado en mi cuerpo como el color de sus ojos, era Kaname, su aroma y segundos después su silueta, inmutable se dibujó su cuerpo en la oscuridad de mi habitación; me senté de un solo golpe, lo bombardee con mil preguntas, ¿Donde había estado? ¿Qué había estado haciendo? ¿Porqué había asesinado a Aido-dono? Pero él seguía en silencio, allí con el tiempo detenido, ni un solo músculo de su cuerpo se movía; entonces entendí que no estaba allí para responder mis preguntas, bajé la cabeza tratando que el torbellino de  pensamientos, volviera a la calma, ahora lo más importante era que él estaba allí, sin importar la razón él se encontraba frente a mi, entendí que solo necesitaba saber una cosa.

-Kaname, no necesito saber que planeas, solo dime algo… ¿tiene sentido?

Su rostro dio la vuelta para ver el mío, sus ojos del color de la sangre se fijaron sobre mí.

-         Lo tiene- dijo con voz firme

Entonces asentí, y volví a acostarme, golpee con mi palma el lado vacío de mi cama, aunque fuera una última vez quería poder soñar, antes que volviera a desvanecerse en la oscuridad sin dejar ningún rastro, quería poder soñar una última vez bajo su abrigo; y así siguiendo mi invitación se tendió en mi lado, su olor embargo todo lo que conocía como propio, era de esperarse que después de su ausencia, mi cuerpo se sobresaltara al tenerlo una vez más a mi lado.

-una noche mas…

Susurré mientras sus dedos revolvían mi cabello, siempre estaré de su parte, siempre lo auxiliaré cuando me necesite, y pensando esto mis ojos se cerraron ante la ternura de su toque.

En mis sueños, pude sentir el calor del sol, mientras la brisa movía las plantas que crecían alrededor de el lago en el cual me encontraba, en un pequeño bote que se movía al ritmo de viento, me dirigía a una pequeña isla en medio de aquel lago, allí esperándome había alguien, no se quien era, no recuerdo su rostro, pero me extendía su mano, y cuando solo me faltaba un poco para alcanzarla… desperté.

Listo para escabullirse sin siquiera verme una vez más a los ojos, encontré a Kaname observando las fotografías que exhibía sobre la chimenea de mi habitación; se dio la vuelta y sin mirarme se dirigió a la ventana

- Volveré cuando el sol salga de nuevo

Abrió la ventana y los rayos del atardecer deslumbraron mis ojos, así con esa promesa desapareció de nuevo, salté de las cobijas e intenté seguirlo con mis ojos pero fue inútil había desaparecido por completo… de nuevo.

La noche comenzaba a caer, se abría de nuevo el momento de los vampiros.

Tenía que ir a la academia, tenía que ver a Kaien y Yuuki, y no había tiempo que perder, sería inútil tratar de perseguir a Kaname, además volvería a verlo después que el sol saliera de nuevo, después de todo lo había prometido, y Kaname siempre cumplía sus promesas.

Al llegar a la academia, decidí visitar primero a la princesa Kuran, a sabiendas que Kaien habría de sentir mi presencia en el mismo instante en el que llegara; crucé la academia y el puente para llegar al dormitorio de la clase nocturna, todos se encontraban en clases así que pude recorrer el dormitorio mientras ellos terminaban, por supuesto solo podía hacerlo yo gracias a mis privilegios de princesa, cuando llegaron todos estaban muy sorprendidos por mi presencia y Yuuki se lanzó a mis brazos, era evidente que la carga que llevaba estaba apunto de derrumbarla, fuimos al cuarto adecuado para ella y allí pude ver el limite de su desesperación, no saber el paradero de Kaname y mucho menos de sus planes estaba acabando con su cordura, por supuesto yo no tenía ninguna intención de dejarle saber que su prometido había estado hacía solo unas horas a mi lado; eso solo le traería mas problemas, además aun es inmadura, la prudencia se escapa de sus acciones por lo que no era conveniente dejarle saber toda la historia.

Entre sus palabras noté que en su confianza comenzaban a aparecer grietas, la “traición de Kaname” como ella misma la nombró la tenía contra la espada y la pared, comenzaba a creer en las palabras viciosas de personas mal intencionadas, y eso me hería profundamente, debía saber, debía entender.

-¡Yuuki!, que ocurre contigo, acaso no sabes que todo lo que ha hecho Kaname a lo largo de su vida todo ha sido por ti? ¿Por tu bien? Para darte un mundo mejor en el cual puedas sonreír desde el fondo de tu corazón?

Ella estaba atónita, vi sorpresa en sus ojos como si acabase de leer su corazón, agacho avergonzada la mirada.

-         nunca le pedí que lo hiciera.

No podía creer esas palabras, él lo estaba arriesgando todo, estaba sacrificando al mundo por ella y ¿Éste era su pago? No pude evitar que mi mano golpeara contra su rostro, ella debía entenderlo, debía saber que no permitiría esto.

-yo lo he cuidado por ti, lo he protegido, he puesto guardia en su corazón para que nadie lo dañe, sin embargo ahora es tu turno y no puedes dudar. Debes ser leal, debes amarlo más que a nadie, él debe ser la única persona en tu mente y en tu corazón. Yuuki, yo ya no me quedare a su lado, esta vez, debes asumir esa responsabilidad.

Puse mis brazos a su alrededor, y le supliqué una vez más que escuchara solo a su corazón y no a las palabras venenosas de los demás, ella sería ahora su sostén, ahora quedaba en sus manos la responsabilidad de hacerlo feliz, su sonrisa es lo que más atesoro en el mundo, por eso solo a ella puedo confiarle ese tesoro. Con esa suplica en su oído salí de la habitación.

La siguiente parada era la oficina de Kaien, él debía estarme esperando con mi té favorito como siempre, y por supuesto un abrazo que me asfixiaría por un instante, cuando llegué allí, ocurrió exactamente lo que había pensado, se lanzó sobre mi como un preescolar y después de las quejas de rigor acerca de mis esporádicas visitas, tomamos mi té favorito, él fue afortunado y una rama se encontraba flotando en su taza. Le di un beso en la frente por su buena suerte y me senté en el sofá, él me siguió y conversamos durante horas, acerca de aquel tiempo en que vivimos en la pequeña casa en la ciudad, me comentó que ahora era el chico cazador quien vivía allí, y yo le confíe acerca de los momentos en los que me escabullía para ir allí de nuevo y ver el mundo a través de la pequeña ventana de la que una vez fue mi habitación.

Reímos como si nada del mundo nos afectara, no importaban las muertes, ni los conflictos entre razas, no importaba que él fuera el presidente de la asociación de cazadores y que yo fuera la princesa sangre pura heredera de la casa Higurashi, solo éramos él y yo, y nadie nos interrumpía, una de las ventajas de la vida bajo las sombras es que no hay mucha actividad escolar en esos momentos.

Sin embargo no podía salir de allí esa noche, sin preguntarle aquello que hacía años torturaba mis pensamientos, el único humano que jamás pude descifrar, era el único al que realmente me gustaría entender.  Así las risas se apagaron, y mis ojos se fijaron en el suelo porque de ninguna manera podría armarme de semejante valor para verlo a los ojos.

-Kaien, necesito saber algo y no me iré de aquí esta noche hasta que me respondas con la verdad.

Mi corazón latía tan fuerte que podía escucharse en toda la habitación, creo que entendió lo que estaba a punto de decir así que puso su expresión más seria y asintió con la cabeza.

-         es posible enamorarse de alguien y no darse cuenta? 

Kaien me miró por un segundo sorprendido por mi pregunta y a continuación una sonrisa tan amplia que podría haber contado sus dientes se dibujó en su rostro.

-         no lo sé, siempre que me enamoro me doy cuenta. ¡¿Por qué acaso mi nao-Chan esta enamorada de alguien más?!!! Ohh.. se me parte el corazón.
-         Deja de pretender que no sabes nada, hazte responsable de mis sentimientos. ¬¬ 
-         Ahh?? … quii...eres … que me haga …
-         Quiero que te responsabilices así sea una única vez por los sentimientos que has provocado en mi corazón.
-         Na-a..o-chan

Mi rostro estaba tan rojo que ya no parecía una vampiresa, mis brazos escondidos entre mis piernas y mi mirada aun clavada en el suelo, mostraban aun más la vergüenza que sentía por exponerme de esa manera sin embargo casi gritando le dije…

-         si … si es que no sientes nada por mi, entonces por favor, dímelo de una buena vez, pero deja de torturarme con indirectas.

Mis ojos se cerraron por la vergüenza, realmente no había pensado mucho acerca de lo que debía decir, y todo había salido tan naturalmente que era impropio de una princesa exponer sus sentimientos de esa manera.

Sin levantar el rostro, escuché como Kaien se ponía de pie y se acercaba a mi, entonces mi cuerpo se volvió de piedra apreté los ojos y las manos lo más fuerte que pude, pero entonces sentí como él tomaba mi mentón con sus dedos y de un solo movimiento subía mi mirada del suelo, abrí los ojos pero antes que pudiera reaccionar él se acercó y me beso, un beso, tan simple pero tan poderoso que volvió de goma la piedra, era cierto mi corazón estaba dividido en dos, ahora era claro, ese beso me recordaba la felicidad, la calidez, me recordaba aquel sol y aquel bote en el que en mi sueño me sentía tan segura.

-         no puedo decirte que no siento nada, eso sería mentir, sin embargo ha pasado tanto tiempo desde que ame y no me amaron que temo que sea un capricho de princesa.

Estaba escuchándolo, el sonido de una puerta al abrirse, su corazón daba vistos de luz, tan brillante que cegaban; ¿Ese era su miedo? Que mis sentimientos ¿fueran caprichosos?, si conociera la verdad, mi historia, mi pasado, sabría que los caprichos no son algo que le ocurra a alguien de mi edad.

Me puse de pie y lo abracé tan fuerte como pude, allí intentando unir con mis brazos un trozo de él a mi cuerpo le di las gracias por haberme dado la felicidad que ahora era completa ya no necesitaba nada más, el resto de la noche la pasamos hablando, riendo, recordando, imaginando lo que sería volver a esa época tan feliz, lo que sería no tener el yugo de la raza sobre nosotros, y fue en ese momento que entendí lo que Kaname quería lograr, quería eliminar ese yugo, quería que ella fuera libre, buscaba la libertad y entonces mi corazón sonrío, de nuevo veía claras sus intenciones y podía aceptarlas.

Comenzó a amanecer así que decidí volver, después de todo Kaname iría, conforme a su promesa volvería a mis brazos, a Kaien le di un beso lleno de mis sentimientos para que entendiera por completo lo cálido de mi corazón, y lo sincero de mis sentimientos, y así volví a casa.

Cuando entré de nuevo a mi habitación allí estaba él, acorde con su promesa sentado en un sillón, con una de nuestras fotografías en sus manos, sonriendo por un recuerdo, los recuerdos, que cosas tan maravillosas que nos dejar viajar a momentos más felices así a nuestro alrededor no haya más que tragedia.

-         Realmente ha sido mucho tiempo no es así Nahomi.
-         Lo es, y aun así aquí estamos, igual que la primera vez.

Se puso de pie, y se acercó a mí, pude sentir una vez más su esencia, que llenaba todos mis sentidos.

-         Que afortunada soy, tener a gente tan maravillosa que trajo a mi vida tanta felicidad.
-         ¿Eres feliz?
-         Lo soy.
-         Nahomi, ¿confías en mí?
-         Siempre.

Puso sus brazos a mi alrededor, y dejó caer su cabeza sobre mis hombros, como un pequeño niño buscando refugio, yo acaricié su cabello, tan suave que parecía que estuviera tocando seda, me apretó fuerte entre sus brazos, me sentí tan feliz de ser yo quien pudiera oler su cabello y sentir sus brazos a mi alrededor

-         Después de todo en verdad eres un buen niño Kaname, estarás bien incluso si ésta vez no me quedo a tu lado.

Y entonces, su mano atravesó mi pecho arrancando mi corazón que tanto le pertenece, todo es por el bien de un mundo sin yugo, mi corazón allí en su mano latiendo por última vez le recordaba el inmenso amor que le profesaba, sin fuerzas desfallecí, pero él me contuvo en sus brazos, cuando subí la mirada su rostro estaba húmedo, las lagrimas salían de sus ojos, tenía razón, acabar conmigo era mas difícil que con los demás, sus ojos brillaban, el olor de mi sangre despertaba sus recuerdos.

- tómala- susurré con el último aliento que quedaba en mi voz, mientras mi cuerpo desaparecía poco a poco tomé su rostro y limpié sus lagrimas, no debía llorar, ya que me prometió que todo tenia sentido; sus lagrimas, eran cálidas me recordaban el lago en que flotaba suavemente mientras dormía así que por el bien de un mundo mejor, llevé con mi manos sus labios hasta mi cuello y sentí como lentamente me fundía con él, el último regalo que le puedo dar, es mi legado, mi poder para que cumpla sus metas y sea feliz.

Así esta vez en verdad pude descansar, dejando todo de mí en el mundo, mi alma se fundió con las estrellas y mi corazón que dejó de latir sobre su mano no llevó arrepentimientos.





Escrito por:

Victoria Alejandra Carvajalino Bernal

Vampire Knight: Nahomi Higurashi CAPITULO 4



4
Durante el tiempo en que estuvo en la academia, Kaien intentó convencerme para que también asistiera, sin embargo sabía que el consejo metería sus sucias manos en los asuntos de la academia si sabían que dos sangre pura estaban allí, así que me rehúse, además era de esperarse que se dieran malos entendidos gracias a la relación que existía entre no solo Kaname sino entre Kaien y yo, así que me concentré en cumplir con mis obligaciones.

Uno de los negocios de la familia es la producción y distribución de la tableta de sangre artificial que satisface la sed de nuestra raza, así que estuve más involucrada que nunca en evitar el ataque a humanos por vampiros.

Así que por un tiempo cada quien se ocupaba de sus propios asuntos, quise alejarme un poco de ambos ya que les hacia daño solo con mi presencia, Kaname se sentía culpable cada vez que me miraba a los ojos, y Kaien siempre me recibía con un abrazo más que ridículo y con quejas interminables del porqué no lo visitaba más a menudo, pero era lo suficientemente obvio al menos para mis ojos que en medio de esa actitud infantil que rivalizaba con la mía, al responder a sus quejas con el mismo tono consentido, él estaba igual de inquieto que yo por las represalias que pudiera tomar no solo el consejo sino la asociación de cazadores.

Es difícil explicar como funcionaba el consejo de ancianos, ahora que gracias a Kaname ya no existe, sin embargo una cosa hay que tener clara, buscaban sobre todas las cosas la conservación del orgullo que les traíamos los sangre  pura así que organizaban matrimonios entre nosotros a su conveniencia, desde que los Kuran murieron hubo siempre una cantidad impresionante de pretendientes para él. Para guardar apariencias, Kaname y yo decidimos que daríamos la noticia de nuestro compromiso en cuanto él cumpliera los 16 años, así que bajo esa mentira tuvimos a todos controlados por un tiempo, sin embargo, cuando se descubrió que todo era una fachada, comenzaron a acosarnos para prometernos lo antes posible, por supuesto ninguno de los dos aceptamos después de todo él ya tenía a Yuuki y yo… mi corazón tiene un sobrecargo, intentar amar a otra persona más sería absurdo.

Así que ignorándolos a todos yo me refugie en Kaien al mismo tiempo  que Kaname se refugiaba en mi, mi corazón comenzaba a dar vueltas, sentía tanto que no podía distinguir cada uno de esos sentimientos, era claro que amaba a Kaname, pero también era claro que había decidido renunciar a mis sentimientos, ya no se aceleraba mi corazón cuando lo veía, al menos no tanto como antes, me había convertido sin darme cuenta en la confidente de sus miedos y arrepentimientos, aunque el oficio resultaba algo masoquista, al tener que oír por mi misma, lo torturante que era para él, no poderla besar cuando la tenía cerca, no poder siquiera estrecharla entre sus brazos, aun cuando la veía siempre. Siempre me pregunte si habría notado en mis ojos el dolor de mi corazón cada vez que recostando su cabeza en mi regazo, caía dormido siempre susurrando su nombre, pero aun así, yo también me aprovechaba de Kaien para cumplir aquel trabajo tan mortificante, sin embargo la sensación era distinta, para Kaname yo era su mejor amiga, su confidente, prácticamente su diario, en mí descargaba todo lo que no podía demostrar a los demás, yo conozco su debilidad, he probado sus lagrimas y eso es un privilegio que ostento como exclusivo, pero Kaien... no sé siquiera como comenzar a explicarlo, él se convirtió paulatinamente en los latidos de mi corazón, tanto así que si no lo escuchara dejaría de latir, él es la rama de la cual se sostiene mi frágil existencia, ha llenado tantos vacíos en mi vida que ahora creo que hay más de él en mí que de mi misma, tan dependiente, tan absurda, que no logro concebir mi vida sin él, sabes, los sangre pura solo podemos quedar satisfechos con la sangre de la persona a la que amamos, creo que puedo explicarme mejor si doy un ejemplo.

Si un humano es mordido por un vampiro de sangre pura, se convierte poco a poco en una criatura sin razón, llegando al “nivel e” donde pierde totalmente el sentido de su humanidad, aquellos exhúmanos que llegan a éste punto no les espera nada más que la muerte, sin embargo, los sangre pura tenemos tal control sobre nuestros instintos que podríamos llegar a estar cubiertos completamente de sangre y aun así no caeríamos en la tentación, por mucho tiempo me culpe por los oscuros pensamientos que cruzaban mi mente cada vez que tenía cerca a Kaien, durante toda la eternidad, la única sangre que había bebido conscientemente era la de Kaname y siempre quedaba satisfecha, desde que ambos despertamos ha sido igual, solo bebía de su sangre, y él bebía de la mía ya que no podía poner sus colmillos sobre la de Yuuki, imagino que nunca quedo realmente satisfecho, pero era demasiado adorable para admitirlo, sin embargo, cada vez se fue haciendo más y más grande mi deseo por beber hasta la última gota de su cuerpo, no era igual, cada vez que me detenía cada músculo de mi cuerpo me empujaba de nuevo a su cuello, quería más, necesitaba más, Kaname notó que su sangre ya no era suficiente y entre risas insinúo, “quizás ahora tu corazón ya no es solo mío”, aunque él lo decía como una broma, el tiempo a mi alrededor se detuvo por un segundo, la imagen de Kaien llegó a mí como un baño de agua fría, estaba tan acostumbrada a amar a Kaname que no sabía que podría ocurrir si lo que estaba diciendo era verdad, realmente soy el tipo de persona que se puede enamorar de alguien sin siquiera darse cuenta, después de todo así ocurrió la primera vez

Luego de eso no podía estar cerca de Kaien sin que imágenes oscuras se apoderaran de mi mente, no sé si él habrá notado algún cambio en mi, yo trataba de disimular lo mejor que pusiese sin embargo me era muy difícil ocultar la sed, ¿Qué ocurriría si en verdad mi corazón estaba siendo conquistado por él? Realmente no podría saberlo nunca ya que después de todo él seguía siendo un humano, no me atrevería jamás a convertirlo en una criatura tan monstruosa solo por el bien de satisfacer una curiosidad, no podía ser tan frívola, sin embargo cada vez estaba peor, tenía su rostro en mi mente a cada momento, no lograba pasar un día sin que el sonido de la sangre corriendo por sus venas me hiciera recordar mi sed, mi estado empeoraba con el pasar del tiempo y no encontraba una solución, no podía simplemente correr a los brazos de Kaname y llevar su vida a un peligroso borde solo por la confusión de mis sentimientos, debía aclararme lo más pronto que fuese, imagino que negaba lo que estaba ocurriendo por miedo, miedo a convertir a Kaien en un monstruo y miedo a traicionar el amor que sentía por Kaname, todo por miedo, sin embargo en mi voluntad comenzaban a aparecer grietas, cada vez me acercaba más y más a caer en un infierno del cual no había retorno, pasaba días en vela por miedo a ver en mis sueños lo que sería el final de mi vida, mis deseos reflejados en mis sueños mostrarían realmente quien soy, un monstruo que no puede contener su sed ni siquiera para proteger la vida de las personas que son importantes.

Los días pasaban mientras intentaba mantenerme alejada, consumiendo en cantidades absurdas mis píldoras sin siquiera disolverlas en agua, y aun así no era suficiente.

Una noche mientras estaba en el laboratorio realizando unos ajustes a la concentración de los suplementos llegó mí un aroma conocido, el aroma a flores silvestres mezcladas con muerte, mi piel se erizó y mi respiración se aceleró casi al borde de comenzar a híper ventilar, escuché los pasos acelerados de alguien que corría con fuerza, y el golpeteo en el suelo se acercaba peligrosamente, un portazo me sobresaltó, y sin darme lugar para cualquier reacción unos fuertes brazos me rodearon con la fuerza que un predador atrapa a su presa.

-Nao-Chan!!!

Esa voz que gritaba en mi oído ignorando cualquier protocolo me recordaba cuan hambrienta estaba, no quería aceptar que era su sangre la que quería, use mi fuerza para soltarme de su atadura aunque me desgarrara, sabía que si me quedaba bajo su abrigo por más tiempo se apoderaría de mí el instinto y sería capaz de cometer el mayor pecado, aquel del que nunca podría escapar.

En su rostro vi como la luz de sus ojos se opacó al momento de mi rechazo, dio un paso atrás escondiendo su sorpresa y aun así sonrío para mi, una sonrisa tan dulce que jamás creerían que pertenece al que llaman “cazador legendario”

-¿Qué haces aquí Kaien?, sabes que no puedes entrar hasta aquí, tienes suerte que los guardias no te hayan atacado a matar.

Una sonrisa se dibujó en sus labios y así dio un paso a la izquierda dejando ver el pasillo tras la puerta que hacía unos instantes había golpeado; al menos cinco guardias tumbados en el suelo completamente derrotados, realmente lo habían atacado y él había entrado a la fuerza

-pensé que eras un pacifista… ¬¬ -le dije-
-lo soy, pero ellos se interpusieron en mi camino para ver a mi adorable nao-Chan

Mientras decía esas palabras tan cursis, volvía de nuevo a poner sus brazos de cazador sobre mis hombros de sangre pura, mis latidos se aceleraron, escuchaba su corazón y deseaba sacarlo de su pecho y beber de él hasta la última gota. Mis ojos se cegaron, por un segundo tuve miedo de mí misma, aun bajo sus brazos me di la vuelta para que no pudiera notar el color rojo de mis ojos que brillaban como los de un cazador de la noche que aguarda en silencio a su presa.

-Realmente no conoces los protocolos para tratar con un sangre pura verdad?

Apenas pude pronunciar con la voz quebrantada por mi agonía, vi como sus brazos se alejaban y con una voz mucho más madura se disculpó y se alejó de mí, quizás se dio cuenta, quizás no, pero si no me hubiera soltado en ese instante, mis instintos habrían quedado al descubierto.

Me contó que necesitaba una dosis más concentrada del suplemento para ese niño cazador que ahora vivía en su casa, que tragedia, realmente sentía pena por el chico, perder a toda su familia y encima estar condenado a perder la razón poco a poco hasta que su sed fuese insoportable y luego morir, ningún sangre pura puede imaginar tal sufrimiento.

-Estoy preparando una nueva versión algo más concentrada, imagino que le pueden servir, aun estoy haciendo algunos ajustes así que tardare al menos tres días, puedes venir por ellas entonces.

Asintió con la cabeza, mientras se ponía de pie, con el rostro muy serio se acerco a mi puso su mano derecha detrás de mi cabeza, me empujó hacia él, di un paso y me dio un beso en la frente.

-cuídate- me dijo y luego se fue, yo quede allí, petrificada sin poder siquiera parpadear, odiaba que hiciera eso, siempre se comportaba tan infantil, siempre con sus chistes, que cuando ponía aquella seria expresión en su rostro me descomponía completamente.

Luego de un par de días de duro trabajo logré equilibrar la fórmula para las nuevas pastillas, así que pensé que sería bueno llevarlas directamente a la academia, ya que el chico Kiryuu realmente las necesitaba.

Cuando llegué aun estaba el sol en lo alto así que me sentía algo cansada, los estudiantes de la clase diurna hicieron mucho alboroto, de alguna manera convivir con vampiros los había vuelto sensibles a nuestras presencias, o quizás, soy bella… jejeje…. Me sorprendió que ningún estudiante de la clase nocturna fuera a verme, imagino que por orden de Kaname todos se quedaron en sus sitios, a nadie le convenía que nos vieran juntos por ningún motivo.

Fui hasta la oficina de Kaien, después de todo no conocía la apariencia del niño cazador y él por lo que había escuchado odia a los sangre pura, así que lo más prudente era darle el encargo a Kaien.

Llegué a la puerta de la oficina guiada por uno de los estudiantes que se tropezó en el suelo al menos tres veces, creo que iba demasiado distraído tratando de adivinar si me iba a transferir a la escuela, realmente leer la mente de un mortal es tan sencillo, que resulta aburrido.
Como era de esperarse Kaien muy al contrario de todos sus estudiantes había sentido mi presencia en el momento que había puesto un pie en la academia y ya tenía puesto sobre el escritorio dos tazas de mi té favorito, vistiendo de forma vergonzosa para llamarse a si mismo cazador me dio la bienvenida cerrando la puerta tras de mi.

Le entregué la bolsa que contenía una dotación importante de la píldora que había terminado, y me senté a tomar té.

-no era necesario que vinieras hasta aquí Nahomi.
-bueno en realidad las terminé antes así que no vi ningún inconveniente en tráelas.
-aun así, sabes que con una llamada hubiera bastado, yo habría ido por ellas y te hubieras evitado la molestia.

Realmente nunca pensé en esa posibilidad y que él lo dijera no tuvo otro efecto que sonrojarme, aun así me alegraba de haber ido, podía sentir la presencia de Kaname y podía ver a Kaien, comenzaba a preguntarme si sería una buena idea asistir también a la academia cross.

Mientras esos pensamientos cruzaban mi mente no noté que el cuarto había quedado completamente en silencio, cuando volví en mi misma, Kaien estaba con una mirada muy triste mirando hacía la nada, realmente me molestaban esos cambios bruscos de actitud que tenía.

-que ocurre? Le pregunté.

Una mirada tan profunda como la oscuridad misma me atravesó, una mirada que nunca había visto, esa expresión, no estaba en mi mente, no sabía como reaccionar a ella, no sabía que decir, ni que hacer; se puso de pie y quitó de sus hombros ese horrible cobertor verde que llevaba encima y la cinta que tenía en su cabello se soltó por lo brusco de su movimiento caminó con pasos fuertes hacía mi y me tomó del brazo, de un solo golpe hizo que me pusiera de pie quedando peligrosamente cerca, abrí mis ojos lo más que pude tratando de que apareciera algo en mi mente, lo que fuese, cualquier cosa, sin embargo no podía hacer nada, mi cuerpo no respondía, no podía moverme, esa mirada de víbora que hipnotiza a su presa antes de envenenarlo hasta morir, estaba tan confusa siempre había sido la víbora, siempre eran mis ojos los que hipnotizaban a mis presas, en que momento se habían intercambiado los papeles?.

Sus ojos no se alejaban de los míos, aun con mi brazo en su mano, y mi rostro demasiado cerca al suyo para evitar sentir su olor a flores silvestres estaba siendo examinado centímetro a centímetro, soltó mi brazo y bajó su rostro, yo quede inmóvil, de nuevo, retrocedió hasta el sillón que se encontraba a un lado de la habitación, y cayó sobre el con un gran peso.

-lo siento, susurró mientras miraba al suelo con su cabeza entre las manos.


Mi cuerpo comenzó a moverse por voluntad propia, mi mente aun no tenía el control y mi ser estaba lleno por esa expresión de dolor, estando allí de frente a solo unos centímetros de él, me deje caer de rodillas en el suelo, solo para alcanzar su rostro, tomé sus manos entre las mías mientras él sostenía el peso de sus pensamientos, y levanté su rostro hacía el mío para que pudiera hipnotizarme una vez más, pero no estaba preparada, tenerlo tan cerca puso de nuevo mi mente en blanco y jugando con fuego acerqué mi rostro al suyo sellando sus labios contra los míos, de un solo golpe los pensamiento que había tenido bajo llave en mi mente llenaron mi cuerpo, el sabor de sus labios era adictivo, soltó mis manos y me tomó por la espalda, con la fuerza que tantas veces uso para acabar con mi raza ahora la usaba para estrecharme tan fuerte que sentía que me iba a fundir con él, mis manos soltaron su rostro, y abrazaron su cuerpo listos para no dejarlo huir jamás, en su regazo con su cabello entre mis dedos y su olor recorriendo todos mis sentidos, no podía resistirlo más, mi corazón latía con tanta fuerza que dolía, el sonido de su sangre corriendo por las venas retumbaba en mis oídos tan fuerte que no podía escuchar mis propios pensamientos, su olor me llevó poco a poco hasta su cuello, y con un suspiro mi frente cayó sobre sus hombros, el tiempo se detuvo, ¿Qué estaba haciendo?, ¿realmente quería destruir su vida por mi egoísta deseo?, era decepcionante, ver como se había apoderado de mí un monstruo que creía muerto, había silencio, mis brazos que hace un momento habrían detenido una montaña, ahora se encontraban sin fuerzas caídos a mis lados mientras mi frente reposaba con vergüenza sobre el hombro izquierdo de Kaien. Sin un ápice de duda en su voz de pronto él dijo, -¿Porqué te detienes?- no podía creer lo que oía, en verdad no entendía porque me detenía? Estaba dispuesto a sacrificar su vida?

-Esto es lo que necesitas no es así?, es por eso que has estado evitándome, debo admitir que me siento importante al pensar que es mi sangre la que deseas.

-no seas arrogante,-respondí, era increíble ver con que tranquilidad se tomaba esto-  no digas cosas que pueden poner tu vida en riesgo

-Estaré bien, mientras sea nao-Chan, estaré bien.

Cerré los ojos, e inspiré una vez más dejándome embriagar por su aroma, mis colmillos salieron prominentes de mis labios recordando a ambos mi naturaleza, me acerqué de nuevo a su cuello y saboree su piel para grabar su sabor claro en mi memoria, su sangre, me volvía loca y sin pensarlo de nuevo atravesé su piel tan profundo como pude y cuando la primera gota llegó a mi boca mi cerebro se derritió, era miel, era vida, su vida que ahora compartía, los latidos de su corazón se aceleraron, sin embargo no dijo una palabra, cuando estuve satisfecha, me detuve, lo había hecho, lo había traicionado, solo cuando termine, volvió a mi la razón y pude sentirme culpable. Ambos nos quedamos en silencio, tratando de adivinar que pasaba por la mente del otro.

En medio del silencio se escuchó un golpeteo en la puerta, uno de los estudiantes quería hablar con su director así que Kaien cubrió la marca de mi pecado y abrió la puerta, yo tomé rápidamente mis cosas, salí por la puerta solo dije –lo siento, perdóname- y Salí mientras el chico miraba atónito la situación imaginando que habría ocurrido, aunque seguramente jamás podría adivinarlo

Sin embargo, fue una sorpresa ver que el veneno que reposaba en mis colmillos no lo llevó a convertirse en un nivel e, después de todo él era un cazador que había forzado su estirpe a una mutación gracias a mi sangre y cuerpo original, aunque el único que sabía de esto era Kaname, la fuerza que lo había llevado a vivir 200 años sin una sola marca y aquella que le había dado la habilidad para acabar con nosotros tan fácilmente era la misma que le había salvado de quedar reducido a una pobre criatura sin razón. Aun me queda la duda si él en verdad lo sabía o no.